lunes, 10 de diciembre de 2007

APLICACIONES DE LA TEORIA HELIOCÉNTRICA DE NICOLAS COPÉRNICO EN LA ASTRONÓMÍA Y SU INFLUENCIA EN EL PENSAMIENTO RELIGOSO DE LA EDAD MEDIEVAL.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Desde su aparición, la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico (1473-1543), se ha destacado como un pilar fundamental de la astronomía, pues la misma representó toda una revolución en su época (siglos XV-XVI), donde la visión del universo conocido se regía por preceptos más religiosos que científicos.

En esencia la percepción que se tenía del universo era uno donde la tierra es el centro del mismo y el sol, los planetas y demás astros giran en torno a esta. Esto era justificado por los teólogos de ese siglo mediante las escrituras bíblicas en las cuales Dios había colocado al hombre en una posición predominante en la naturaleza, por lo tanto debía estar en el centro de todo lo conocido. Dicha justificación era aceptada, casi unánimemente, por los científicos, que basaban sus estudios astronómicos en las observaciones realizadas por un astrónomo de la antigüedad llamado Claudio Tolomeo (100-170 d.C.), quien trató de establecer, con un criterio matemático-filosófico, las características del cosmos en su obra “Almagesto”.


A excepción de sus colegas el astrónomo polaco dudo seriamente sobre la validez de las observaciones de Tolomeo, ya que en las mismas se podían apreciar graves errores de cálculo que decidió analizar; tras años de estudio descubrió que estos errores eran producto de un criterio de observación deficiente y los mismos develaban que la tierra realiza un movimiento de rotación alrededor del sol y no lo contrario.

Lamentablemente sus conocimientos fueron ignorados durante muchos años, a sabiendas de todas las medidas de represión que la iglesia católica podía tomar en contra de aquellos que contradijeran sus dogmas religiosos como este lo hizo.

Como se vera es más que justificable realizar una investigación que proporcione los datos necesarios para elaborar un material donde se presente, de forma detallada y sencilla, todo lo relativo a la vida de Copérnico y su controversial teoría; esto como un aporte para todos los científicos, y demás lectores, interesados en conocer su desarrollo e implicaciones en la Europa medieval.

OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL

Determinar la importancia de la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico en el ámbito astronómico y religioso.


OBJETIVOS ESPECÍFICOS

 Conocer la vida y obra de Nicolás Copérnico.

 Analizar los posibles orígenes de la teoría heliocéntrica.

 Determinar las aplicaciones de la teoría heliocéntrica en el campo astronómico.

 Evaluar el impacto de la teoría en el pensamiento religioso.
Con el pasar del tiempo el pensamiento religioso ha adoptado una posición más tolerante con respecto a los avances científicos y el desarrollo de nuevas tecnologías que han proporcionado a la humanidad cantidad innumera de beneficios pero también de malestares que ahora se intentan solucionar. Una de las causas que con mayor peso influyó en este cambio de postura fue el desarrollo, durante la Edad Media, de teorías revolucionarias en el campo de la ciencia que cambiaron por completo la percepción del universo, entre las que destaca la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico.

Tomando como referencia lo expuesto anteriormente se ha trazado la meta de comprender, mediante un criterio investigativo y documental, la influencia que han ejercido los estudios de este astrónomo en la fe religiosa desde el siglo XV y las aplicaciones de la misma en el ámbito astronómico.

Esto con la finalidad de proporcionar al lector una información mucho más clara y detallada de los orígenes y el desarrollo de la teoría heliocéntrica, además de datos reveladores de la vida de su creador que en general es desconocida.

Con la misma se espera suplir, en cierta medida, la escasez de investigaciones relacionadas con el desarrollo de la astronomía a lo largo de la historia.

ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN:

Para comenzar debe quedar entendido que las investigaciones realizadas con anterioridad, relacionadas con el problema en cuestión, son escasas tal como lo refiere Burk (1973) en la bibliografía de su libro Copérnico (1473-1973), por lo que no ha de extrañar que poco se conozca acerca del tema.

En tal sentido cabe destacar el siguiente trabajo:

Di Cristofaro, A. (2000). Diccionario de Astronomía. Trabajo de asenso no publicado, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Caracas.

Se propuso como objetivo: “Diseñar un diccionario de astronomía dirigido a los alumnos que cursan Ciencias Naturales I, Fundamentos de Ciencias de la Tierra, Geografía General, como también cualquier otra asignatura donde dicho material fuese útil tanto en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador como en cualquier otra”.

El mismo aporta gran cantidad de definiciones, y biografías de eminentes personajes de la astronomía aunque explicadas muy brevemente.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS:

En un principio la percepción del mundo por parte de los hombres antiguos era muy abstracta, debido a sus observaciones deficientes, dando lugar a un sin número de explicaciones sobre el origen del cosmos y su funcionamiento, con respecto a esto Sagan y Leonard (1973) refieren que: “Para los primeros hombres verdaderamente civilizados, tales como los antiguos griegos y los mesopotámicos, que eran tan inteligentes como el hombre moderno, la tierra era plana y sólida, y evidentemente, lo principal del Universo”.

Sobre los antiguos griegos comentan:

Los Astrónomos Griegos creían que podía revelarse la verdadera naturaleza de los cuerpos celestes imaginando mecanismos que los hicieran moverse como parecen hacerlo.

La mayoría de los modelos que construyeron los griegos para explicar el sistema solar sostenía que le Sol, La Luna, los Planetas y las estrellas no caían por que se los impedían unas esferas o círculos concéntricos invisibles que giraban y los conducían alrededor de la tierra a diferentes velocidades.

Esta curiosa idea fija causó dificultad inmediata, pues los cuerpos celestes no siguen cursos circulares ya sea en la realidad o en apariencia. Vistos desde la tierra, los planetas se mueven a velocidades variables, pareciendo algunas veces que giran hacia atrás, y vagan por el firmamento en una forma tan complicada que ningún conjunto de esferas podría dar cuenta de su comportamiento.


A consecuencia de esto, algunos sabios intentaron dar respuestas lógicas a estos erráticos movimientos generando idas como las del heliocentrismo. Los antecedentes mas antiguos referentes a esta teoría se pueden encontrar en la Grecia antigua en donde dos astrónomos realizaron importantes estudios sobre el tema, ellos son:

ARISTARCO DE SAMOS (310-230 A.C.):

Astrónomo griego, el primero en afirmar que el sol es más grande que la Tierra y que esta gira sobre sí misma y alrededor de aquél, además calculó la duración del año solar con cierta precisión. Sólo tenemos constancia de su afirmación a través de los escritos de Arquímedes; ninguna de sus obras sobre ese tema ha sobrevivido. También intentó describir un método de cálculo de las distancias relativas del Sol y de la Luna desde la Tierra. Aunque su método era correcto, sus cálculos no lo fueron debido a la falta de instrumentos precisos. Sus ideas sobre el heliocentrismo le valieron la persecución y el rechazo de sus contemporáneos, y cayeron en el olvido hasta que Copérnico las revitalizo.

HIPARCO DE NICEA (C. 190-120 A.C.):

Astrónomo griego, el más importante de su época. Hiparco nació en Nicea, Bitinia (hoy İznik, Turquía). Fue extremadamente preciso en sus investigaciones, de las que conocemos parte por comentarse en el tratado científico Almagesto del astrónomo alejandrino Tolomeo, sobre quien ejerció gran influencia. Comparando sus estudios sobre el cielo con los de los primeros astrónomos, Hiparco descubrió la precesión de los equinoccios. Sus cálculos del año tropical, duración del año determinada por las estaciones, tenían un margen de error de 6,5 minutos con respecto a las mediciones modernas.

Hiparco inventó un método para localizar posiciones geográficas por medio de latitudes y longitudes. Catalogó, hizo gráficos y calculó el brillo de unas mil estrellas. También recopiló una tabla de cuerdas trigonométricas que fueron la base de la trigonometría moderna. (Enciclopedia virtual Microsoft Encarta, 2006).
Aunque sus trabajos son muy conocidos en la ciencia, los motivos que ambos tuvieron responden más a un criterio místico y filosófico que a una observación científica propiamente dicha.

De aquí se comprende de donde surgen las teorías astronómicas conocidas en el siglo XV que tanta curiosidad producirán en el espíritu renacentista de los científicos de su época, sin contar los grandes debates que se suscitarán de ahora en adelante entre estos y los poderosos líderes religiosos.
En primera instancia se dará un recuento detallado de la vida de este singular personaje.

En muchos libros de historia se hace mención de datos y vivencias de este caballero que en realidad no pasan de ser conjeturas, lo que conlleva a la formación de imágenes erróneas de su persona y del entorno donde vivió. En tal sentido Burk (1973) afirma: “La imagen auténticamente histórica de Copérnico esta sumida en sigilo y penumbra. (…)”.

Tomando como referencia la información suministrada por un amanuense del cabildo de Thorn (Polonia) llamado Corvino, Nicolás nace un 19 de Febrero de 1473, hijo del dueño de un viñedo ubicado en las afueras de la ciudad, de nombre desconocido, que muere en 1484 cuando el niño tiene apenas diez años. Lo único que se conoce de su madre es el nombre Bárbara Watzelrode, el hermano de esta es el obispo Lucas Watzelrode, soberano de la provincia de Ermland.


Al momento de morir el padre, Nicolás, su hermano Andrés y sus dos hermanas quedan a cargo del tío materno, que en aquel momento cuenta con 36 años. A partir de entonces el obispo ejercerá una influencia positiva sobre el muchacho y por ende se producirá una estrecha relación afectiva entre ambos que dura hasta la muerte del tío.

En Enero de 1497 Copérnico inicia sus estudios en humanidades en la universidad de Cracovia (sur de Polonia), los mismos son interrumpidos por el tío quien le pide se presente rápidamente en Thorn. Allí el obispo le manifiesta su preocupación respecto a su futuro y el de su hermano, con lo que decide ofrecerle una canonjía que le permitirá vivir holgadamente y si ningún tipo de preocupación económica. Nicolás tiene apenas 22 años y ya posee una buena fuente de ingresos que le facilita la continuación de sus estudios, claro esta con el apoyo de su influyente tío, quien le concede permisos para ausentarse de sus funciones todo el tiempo que quiera. Luego de doctorarse lo convierte en su secretario personal y vive con él en el castillo de Heilsberg hasta su muerte en 1512. Irónicamente Burk (1973) comenta: “(…) Como decimos en venezolano, le había caído en suerte un cambur enorme e inmarcesible. (…)”.

La creencia popular de que Nicolás fue sacerdote es falsa pues nunca recibió las órdenes mayores.

Prosiguió sus estudios iniciados en Cracovia durante algo más de catorce años. Entre sus compañeros se granjea una buena reputación, Burk (1973) refiere: “Dado su carácter introvertido y huraño, es de suponer que se haya entregado a sus estudios con fervor y con rendimiento altamente positivo. De hecho, sus contemporáneos lo tienen por un humanista erudito y de notable cultura literaria (…)”.



Durante su estadía en Italia, mientras estudia en Bolonia en 1497, conoce a un destacado profesor en matemáticas llamado Domenico Maria de Novara que ejercerá una profunda influencia sobre el joven al suministrarle ciertos conocimientos astronómicos. En 1500 se doctora en astronomía en la universidad de Roma. En la universidad de Ferrara se gradúa en Derecho Canónigo en 1503, algunos consideran que la eligió por accesibilidad económica y por razones personales. Luego de esto regresara a Polonia.

Sobre lo que ocurre durante esta etapa en la vida del astrónomo la Enciclopedia virtual Microsoft Encarta (2006) expresa:
Copérnico vivió en el palacio episcopal de su tío en Lidzbark Warminski entre 1503 y 1510, y trabajó en la administración de la diócesis y en las actividades contra los caballeros de la Orden Teutónica. Allí publicó su primer libro, una traducción del latín de cartas de ética de un autor bizantino del siglo VII, Teofilatos de Simocata. Entre 1507 y 1515 escribió un tratado breve de astronomía, De hypothesibus motuum coelestium a se constitutis commentariolus (más conocido como el Commentariolus), que no se publicaría hasta el siglo XIX. En esta obra sentó las bases de su nueva astronomía de concepción heliocéntrica.
Después de su traslado a Frauenburgo, en 1512, Copérnico tomó parte en la comisión del quinto Concilio Luterano para la reforma del calendario (1515); escribió un tratado sobre el dinero (1517) y empezó a trabajar en su obra principal, De revolutionibus orbium caelestium (Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes), que culminó en 1530 y fue publicada el 24 de mayo de 1543, poco antes de su muerte, por un editor luterano en Nuremberg, Alemania.

Esta obra, que marcará para siempre el curso de la historia, plantea una hipótesis revolucionaria en donde el sol y no la tierra es el centro de todo lo conocido. El autor al tanto de las opiniones que podrán suscitarse en torno a su libro explica en el prólogo lo siguiente:

PRÓLOGO AL LECTOR

Divulgada ya la fama acerca de la novedad de las hipótesis de esta obra, que considera que la tierra se mueve y que el sol esta inmóvil en el centro del universo, no me extraña que algunos eruditos se hayan ofendido vehementemente y consideren que no se deben modificar las disciplinas liberales constituidas correctamente ya hace tiempo. Pero si quieren ponderar la cuestión con exactitud, encontraran que el autor de esta obra no ha cometido nada por lo que merezca ser reprendido. Pues es propio del astrónomo calcular la historia de los movimientos celestes con una labor diligente y diestra. (…). (De revolutionibus pág 13).

Y en la introducción manifiesta la necesidad de analizar con más detenimiento los fenómenos que se presentan en los cielos afirmando: “(…) incluso Plutarco, cuando habla del giro anual del Sol, dice: hasta ahora, el movimiento de los astros ha vencido la pericia de los matemáticos. (…)”.

Son estas palabras las que darán un giro radical a la concepción del mundo en la mentalidad medieval; y las que convertirán a Copérnico en símbolo de Emancipación intelectual.

HELIOCENTRISMO

Para comprender mejor el problema en cuestión definiremos la teoría heliocéntrica de Copérnico tal como la presenta la Enciclopedia virtual Microsoft Encarta (2006):
La teoría de Copérnico establecía que la Tierra giraba sobre sí misma una vez al día, y que una vez al año daba una vuelta completa alrededor del Sol (ver anexo A). Además afirmaba que la Tierra, en su movimiento rotatorio, se inclinaba sobre su eje (como un trompo) (ver anexo B). Sin embargo, aún mantenía algunos principios de la antigua cosmología, como la idea de las esferas dentro de las cuales se encontraban los planetas y la esfera exterior donde estaban inmóviles las estrellas.
Por otra parte, esta teoría heliocéntrica tenía la ventaja de poder explicar los cambios diarios y anuales del Sol y las estrellas, así como el aparente movimiento retrógrado de Marte, Júpiter y Saturno, y la razón por la que Venus y Mercurio nunca se alejaban más allá de una distancia determinada del Sol. Esta teoría también sostenía que la esfera exterior de las estrellas fijas era estacionaria.
Una de las aportaciones del sistema de Copérnico era el nuevo orden de alineación de los planetas según sus periodos de rotación (ver anexo c). A diferencia de la teoría de Tolomeo, Copérnico vio que cuanto mayor era el radio de la órbita de un planeta, más tiempo tardaba en dar una vuelta completa alrededor del Sol. Pero en el siglo XVI, la idea de que la Tierra se movía no era fácil de aceptar y, aunque parte de su teoría fue admitida, la base principal fue rechazada.
Estas ideas surgieron en la mente del astrónomo tras conocer los trabajos de antiguos griegos como Aristarco de Samos (310-230 A.C.) de quien se hace la siguiente referencia: “(…) según el testimonio de Arquímedes (…) Aristarco emitió la hipótesis de que tal vez las estrellas fijas y el sol sean inmóviles, que la tierra gire alrededor del sol describiendo un circulo, ocupando el sol el centro de la orbita (…)”. Arnaldez, Beajeu y otros (1971).

Sin contar que intento medir las distancias del sol y de la luna desde la tierra, fracasando en su objetivo a falta de instrumentos con la precisión necesaria. Otro astrónomo que influyó en él fue Hiparco de Nicea (C. 190-120 A.C.) que es reconocido como el astrónomo más importante de su época, lo poco que se conoce de sus estudios proviene de la obra “Almagesto” de Tolomeo en donde se hace referencia a su descubrimiento de la precesión de los equinoccios y al gran catálogo de estrellas que organizó, allí realiza el estudio de más de 800 estrellas. En opinión de Arnaldez, Beajeu y otros (1971):

(…) su obra vale menos por la invención teórica que por el establecimiento de datos precisos y por la precisión de resultados seguros que dan origen a un limitado numero de descubrimientos esenciales (…). (…) A su muerte, no hubo científicos con arrestos suficientes para recoger su herencia y llevar a término la tarea que había emprendido. Pero no se perdió su obra ni se olvido su ejemplo.
(…) La antigüedad poseyó, pues, los elementos de la cosmología moderna (…).

GEOCENTRISMO

En un principio las ideas de Copérnico fueron rechazadas de forma rotunda pues contradecía la percepción religiosa del universo, donde el hombre se encontraba en el centro del mismo, y desmantelaba una teoría astronómica muy en boga en aquella época, la del geocentrismo que considera a la Tierra como el centro del universo (ver anexo D), expuesta por un astrónomo griego del siglo II d.C. llamado Claudio Tolomeo, respecto a esto los autores Sagan y Leonard (1973) comentan:

La teoría Griega más famosa es la de Claudio Tolomeo, astrónomo Griego que vivió en Egipto en el siglo II de la era cristiana y que tal vez no hizo más que recoger las ideas de otros. Tiene mas complicaciones aún y no explica adecuadamente ciertos hechos, como los cambios periódicos del brillo de los planetas, ni da sus distancias de la tierra o del Sol. Es indudable que, en esa época, los críticos señalaron estos defectos, pero Tolomeo vivió cuando la civilización grecorromana había pasado ya la etapa de plenitud creadora. Su sistema triunfó en gran parte por haber sido el último.

Transmitido por los árabes a la Europa Medieval como el “ALMAGESTO” (que significa el más grande), adquirió finalmente la fuerza de un dogma religioso que no podía ser discutido sin peligro de herejía. Es de lamentarse esto, pues Tolomeo no fue el mejor ejemplo de lucidez de pensamiento griego.

Los griegos desecharon la idea, basada en le sentido común, de que la tierra era plana, y razonaron que debía ser redonda debido a la sombra circular que proyecta en la luna y a la forma en que las embarcaciones parecen hundirse en el horizonte del mar.

En el siglo XV Tolomeo tuvo un segundo auge. Los científicos de la Europa occidental tomaron más interés que los griegos en la observación y la experimentación, y dependieron menos de las ideas sin base científica. Aunque aun creían en el sistema tolemaico (…) sus observaciones hicieron que el sistema se viera cada vez peor.
Las críticas a Tolomeo aumentaban, pero raramente se dejaban oír por que la Europa occidental tenía una institución desconocida a los griegos: Una poderosa burocracia religiosa que procuraba acallar a quien discrepara con sus creencias oficiales. Uno de sus dogmas insistía en que la tierra debía seguir siendo el gran cuerpo central del universo.


Con respecto a esto, en conversación sostenida con el profesor Leandro Boscán (13, 06,06), nos explica:

(…) las teorías científicas, no solo de Copérnico sino la de todos los pensadores de la época, habían asestado un duro golpe al magisterio de la iglesia cristiana al contradecir sus creencias, esto trajo graves consecuencias a los estudiosos, pues la misma dirigía el monopolio del conocimiento, que se reflejaba en todas las universidades europeas que eran de su propiedad (…).

Y como represalias a estas personas, por los cuestionamientos hacia su dogma:

(…) se les acusaba de herejes y se les amenazaba constantemente con quemarlos en la hoguera o con el confinamiento domiciliario, además todos los textos “herejes” eran confiscados, encerrados bajo llave o quemados en público (…).

Aunque estas acciones por parte de la iglesia medieval son muy conocidas es de extrañar que dicha teoría tardara tanto tiempo en ser conocida por el público y que además contara con adeptos dentro del clero religioso, tal como lo refiere Burk (1973):

(…) El efecto inmediato del libro “DE REVOLUTIONIBUS” fue nulo. Nadie lo leía, a excepción de unos pocos especialistas que lo podían entender y que de antemano estaban familiarizados con las ideas copernicanas. (…)El pueblo hacía del genial astrónomo una grata fuente de bromas y de chistes. (…)Los hombres de la nueva ciencia que se daban cuenta cabal de lo explosivo que iba a resultar el libro, podían contarse en los dedos de la mano.


(…) se había iniciado ya un dialéctico viaje hacia la reafirmación de la autoridad, la limitación del individualismo renacentista y de la libertad de pensar y vivir. El mundo en el campo de las ideas se iba haciendo fisgón, pugnaz e intolerante.

(…)Sin embargo, hasta 1616, cuando el libro de Copérnico ya lleva 73 años de publicado, su contenido no fue motivo de escándalo ni de rechazo apasionado.

(…)La clerecía de Roma no era hostil a la nueva imagen del mundo. Basta decir que los jesuitas, a su cabeza, el cardenal Belarmino, eran defensores de la doctrina heliocéntrica, y lejos de Roma enseñaban abiertamente astronomía copernicana.


La verdadera entrada en escena de Copérnico se dio de la mano de su más fiel partidario: el físico italiano Galileo Galilei quien defendió a capa y espada sus ideas frente al Vaticano en varias oportunidades lo que le granjeó una mala reputación entre los religiosos, además como refiere Burk (1973) su actitud arrogante y desafiante le apartó de sus colegas por lo que tuvo que enfrentar todos sus problemas sin apoyo alguno.

La confrontación entre Galileo y la Iglesia llegó a su punto álgido el 19 de Febrero de 1616 cuando el papa Urbano VIII nombró una comisión de once teólogos cuyo fin era investigar si las ideas del Físico eran heréticas o no. La respuesta fue positiva por lo que se obligo a Galileo a pedir perdón ante los miembros de la iglesia y se le arrestó dentro de su casa por un periodo de 2 años aproximadamente. Sus escritos y los de Copérnico, que aún circulaban por allí, fueron puestos en el INDICE DE LOS LIBROS PROHIBIDOS por la iglesia, del cual no fueron retirados oficialmente hasta 1835. (Sagan y Leonard, 1973).

Esto, al contrario de lo que se podrá pensar, contribuyo a que la obra del astrónomo se popularizara entre cierto numero de intelectuales y se le considerara más seriamente. A esto se unen los estudios realizados por un discípulo suyo llamado Johannes Kepler. Sagan y Leonard (1973) comentan lo siguiente:


Al morir Copérnico en 1601 lego a su joven ayudante, Johannes Kepler, sus extensos y meticulosos registros y le confió la continuación del trabajo (…) dedujo, por brillante intuición, que el sol proporcionaba en alguna forma la fuerza motriz para los movimientos planetarios. (…) su descubrimiento principal fue que las orbitas planetarias son elípticas.

Kleper encontró, estudiando detenidamente a Marte, que su movimiento puede entenderse si se supone que su orbita es una elipse (…). No había necesidad de una complicada confusión de círculos interrelacionados, solamente una elipse para cada objeto.


En adelante la obra de Copérnico se convertirá en una fuente de motivación para todos los científicos que le sigan en su afán de dar una explicación lógica al universo que les rodea. Toda su obra llega a la consagración con Isaac Newton y su Leyes de la Gravedad Universal, sin contar que a partir de entonces la Iglesia Cristiana adoptara un papel más tolerante frente al avance de los logros científicos al punto de que la misma será participe, a comienzos del siglo XX, de teorías revolucionarias como el Big Bang o la Gran Explosión.


En un principio las ideas de Copérnico fueron rechazadas de forma rotunda pues contradecía la percepción religiosa del universo, donde el hombre se encontraba en el centro del mismo, y desmantelaba una teoría astronómica muy en boga en aquella época, la del geocentrismo que considera a la Tierra como el centro del universo (ver anexo D), expuesta por un astrónomo griego del siglo II d.C. llamado Claudio Tolomeo, respecto a esto los autores Sagan y Leonard (1973) comentan:

La teoría Griega más famosa es la de Claudio Tolomeo, astrónomo Griego que vivió en Egipto en el siglo II de la era cristiana y que tal vez no hizo más que recoger las ideas de otros. Tiene mas complicaciones aún y no explica adecuadamente ciertos hechos, como los cambios periódicos del brillo de los planetas, ni da sus distancias de la tierra o del Sol. Es indudable que, en esa época, los críticos señalaron estos defectos, pero Tolomeo vivió cuando la civilización grecorromana había pasado ya la etapa de plenitud creadora. Su sistema triunfó en gran parte por haber sido el último.

Transmitido por los árabes a la Europa Medieval como el “ALMAGESTO” (que significa el más grande), adquirió finalmente la fuerza de un dogma religioso que no podía ser discutido sin peligro de herejía. Es de lamentarse esto, pues Tolomeo no fue el mejor ejemplo de lucidez de pensamiento griego.

Los griegos desecharon la idea, basada en le sentido común, de que la tierra era plana, y razonaron que debía ser redonda debido a la sombra circular que proyecta en la luna y a la forma en que las embarcaciones parecen hundirse en el horizonte del mar.

En el siglo XV Tolomeo tuvo un segundo auge. Los científicos de la Europa occidental tomaron más interés que los griegos en la observación y la experimentación, y dependieron menos de las ideas sin base científica. Aunque aun creían en el sistema tolemaico (…) sus observaciones hicieron que el sistema se viera cada vez peor.
Las críticas a Tolomeo aumentaban, pero raramente se dejaban oír por que la Europa occidental tenía una institución desconocida a los griegos: Una poderosa burocracia religiosa que procuraba acallar a quien discrepara con sus creencias oficiales. Uno de sus dogmas insistía en que la tierra debía seguir siendo el gran cuerpo central del universo.


Con respecto a esto, en conversación sostenida con el profesor Leandro Boscán (13, 06,06), nos explica:

(…) las teorías científicas, no solo de Copérnico sino la de todos los pensadores de la época, habían asestado un duro golpe al magisterio de la iglesia cristiana al contradecir sus creencias, esto trajo graves consecuencias a los estudiosos, pues la misma dirigía el monopolio del conocimiento, que se reflejaba en todas las universidades europeas que eran de su propiedad (…).

Y como represalias a estas personas, por los cuestionamientos hacia su dogma:

(…) se les acusaba de herejes y se les amenazaba constantemente con quemarlos en la hoguera o con el confinamiento domiciliario, además todos los textos “herejes” eran confiscados, encerrados bajo llave o quemados en público (…).

Aunque estas acciones por parte de la iglesia medieval son muy conocidas es de extrañar que dicha teoría tardara tanto tiempo en ser conocida por el público y que además contara con adeptos dentro del clero religioso, tal como lo refiere Burk (1973):

(…) El efecto inmediato del libro “DE REVOLUTIONIBUS” fue nulo. Nadie lo leía, a excepción de unos pocos especialistas que lo podían entender y que de antemano estaban familiarizados con las ideas copernicanas. (…)El pueblo hacía del genial astrónomo una grata fuente de bromas y de chistes. (…)Los hombres de la nueva ciencia que se daban cuenta cabal de lo explosivo que iba a resultar el libro, podían contarse en los dedos de la mano.


(…) se había iniciado ya un dialéctico viaje hacia la reafirmación de la autoridad, la limitación del individualismo renacentista y de la libertad de pensar y vivir. El mundo en el campo de las ideas se iba haciendo fisgón, pugnaz e intolerante.

(…)Sin embargo, hasta 1616, cuando el libro de Copérnico ya lleva 73 años de publicado, su contenido no fue motivo de escándalo ni de rechazo apasionado.

(…)La clerecía de Roma no era hostil a la nueva imagen del mundo. Basta decir que los jesuitas, a su cabeza, el cardenal Belarmino, eran defensores de la doctrina heliocéntrica, y lejos de Roma enseñaban abiertamente astronomía copernicana.


La verdadera entrada en escena de Copérnico se dio de la mano de su más fiel partidario: el físico italiano Galileo Galilei quien defendió a capa y espada sus ideas frente al Vaticano en varias oportunidades lo que le granjeó una mala reputación entre los religiosos, además como refiere Burk (1973) su actitud arrogante y desafiante le apartó de sus colegas por lo que tuvo que enfrentar todos sus problemas sin apoyo alguno.

La confrontación entre Galileo y la Iglesia llegó a su punto álgido el 19 de Febrero de 1616 cuando el papa Urbano VIII nombró una comisión de once teólogos cuyo fin era investigar si las ideas del Físico eran heréticas o no. La respuesta fue positiva por lo que se obligo a Galileo a pedir perdón ante los miembros de la iglesia y se le arrestó dentro de su casa por un periodo de 2 años aproximadamente. Sus escritos y los de Copérnico, que aún circulaban por allí, fueron puestos en el INDICE DE LOS LIBROS PROHIBIDOS por la iglesia, del cual no fueron retirados oficialmente hasta 1835. (Sagan y Leonard, 1973).

Esto, al contrario de lo que se podrá pensar, contribuyo a que la obra del astrónomo se popularizara entre cierto numero de intelectuales y se le considerara más seriamente. A esto se unen los estudios realizados por un discípulo suyo llamado Johannes Kepler. Sagan y Leonard (1973) comentan lo siguiente:


Al morir Copérnico en 1601 lego a su joven ayudante, Johannes Kepler, sus extensos y meticulosos registros y le confió la continuación del trabajo (…) dedujo, por brillante intuición, que el sol proporcionaba en alguna forma la fuerza motriz para los movimientos planetarios. (…) su descubrimiento principal fue que las orbitas planetarias son elípticas.

Kleper encontró, estudiando detenidamente a Marte, que su movimiento puede entenderse si se supone que su orbita es una elipse (…). No había necesidad de una complicada confusión de círculos interrelacionados, solamente una elipse para cada objeto.


En adelante la obra de Copérnico se convertirá en una fuente de motivación para todos los científicos que le sigan en su afán de dar una explicación lógica al universo que les rodea. Toda su obra llega a la consagración con Isaac Newton y su Leyes de la Gravedad Universal, sin contar que a partir de entonces la Iglesia Cristiana adoptara un papel más tolerante frente al avance de los logros científicos al punto de que la misma será participe, a comienzos del siglo XX, de teorías revolucionarias como el Big Bang o la Gran Explosión.

DEFINICIÓN DE TÉRMINOS BÁSICOS

ASTRO: Cualquier cuerpo o masa compacta de un volumen mas o menos considerable que existen en los espacios del universo.

ASTRONOMÍA: Ciencia que estudia lo relativo a los astros y principalmente a las leyes que rigen su recorrido; igualmente trata de la posición, movimiento y constitución de los cuerpos celestes.

BÓVEDA CELESTE: Esfera imaginaria cuyo centro ocupa el observador y en cuya superficie interior parece situados los cuerpos celestes.

CATÁLOGO DE ESTRELLAS: Compendio de las estrellas en los cuales figuran en sendas columnas, las coordenadas ecuatoriales de cada una de su magnitud y su nombre o designación correspondiente.

CONSTELACIÓN: Disposición de las estrellas en el cielo con la cual los observadores celestes forman figuras relacionadas con objetos o escenas de situaciones sociales o culturales.

COSMOS: Sinónimo de universo. Termino empleado en la desaparecida UKSS y países del bloque soviético. (…)

ECLÍPTICA: Eclíptica, en astronomía, el círculo máximo de la trayectoria anual aparente del Sol en la esfera celeste, tal y como se ve desde la Tierra. Se denomina así debido a que los eclipses tienen lugar solamente cuando la Luna se encuentra en esta trayectoria o cerca de ella. El plano de esta trayectoria, llamado plano de la eclíptica, forma con el plano del ecuador celeste (proyección del ecuador terrestre en la esfera celeste) un ángulo de 23°27’. Este ángulo se conoce como oblicuidad de la eclíptica y es, aproximadamente, constante durante un periodo de millones de años, aunque en la actualidad está disminuyendo a razón de 48 segundos de arco en cada siglo y disminuirá durante varios milenios hasta que alcance 22°54’, después de lo cual volverá a aumentar.
EJE DE ROTACIÓN: Línea imaginaria alrededor de la cual gira un cuerpo.

ELIPSE: Curva cerrada, simétrica respecto de dos ejes perpendiculares entre si, con dos focos.

EPICICLOS: Círculos que se suponían descrito por un astro alrededor de un centro, que describe a su vez otro circulo alrededor de la tierra.

EQUINOCCIO: Época en que, por hallarse el sol sobre el Ecuador, los días son iguales a la noche en toda la tierra. Esto sucede anual mente del 20 al 21 de Marzo y del 22 al 23 de Septiembre (Equinoccio de primavera y de otoño en el hemisferio norte).

ESFERA CELESTE: Esfera imaginaria que rodea a la tierra y de la cual desde nuestro punto de observación, solo podemos ver la mitad que es justamente nuestro cielo.

ESTRELLA: Gran cuerpo celeste compuesto de gases calientes que emiten radiación electromagnética, en especial luz, como resultado de las reacciones nucleares que tienen lugar en su interior. El Sol es una estrella. Con la única excepción del Sol, las estrellas parecen estar fijas, manteniendo la misma posición relativa en los cielos año tras año. En realidad, las estrellas están en rápido movimiento, pero a distancias tan grandes que sus cambios relativos de posición se perciben sólo a través de los siglos.

ESTRELLAS FIJAS: Estrellas cuyas distancias mutuas no depende de la Posición del observador, y que desde hace ciento de años ocupan las mismas relaciones relativas.



GEOCENTRISMO: La tierra como centro del universo consideraciones de tipo místico y religioso contribuyó a que esta teoría perdurara hasta comienzo del renacimiento a pesar de que Aristarco de Samos en el siglo III AC emitió el modelo heliocéntrico.

GRAVEDAD: Atracción universal entre los cuerpos de acuerdo a sus masas.

HELIOCENTRISMO: El sol como centro del sistema planetario. Las obras y avances de Copérnico, Kepler, Galileo y newton han de considerarse la cumbre de cambio de la mentalidad científica que con el renacimiento se inicia en todas las disciplinas.

MECÁNICA CELESTE: Rama de la astronomía que estudia las causas y el comportamiento de los movimientos de los astros y trata de predecir los efectos de los mismos.

MOVIMIENTO APARENTE: Movimiento de un astro desde el punto de vista del observador.

MOVIMIENTO RETRÓGRADO: Retroceso aparente de algunos planetas vistos desde la tierra.

ÓRBITA: Recorrido o trayectoria de un cuerpo a través del espacio bajo la influencia de fuerzas de atracción o repulsión de un segundo cuerpo. En el Sistema Solar la fuerza de la gravitación hace que la Luna orbite en torno a la Tierra y los planetas orbiten alrededor del Sol. Las órbitas resultantes de las fuerzas gravitacionales son el objeto de estudio de la mecánica celeste. Una órbita tiene la forma de una cónica —un círculo, elipse, parábola o hipérbola— con el cuerpo central en uno de los focos de la curva.

ORBITAR: Girar de un cuerpo alrededor de otro que ejerce una fuerza gravitacional.

PERÍODO DE ROTACIÓN: Tiempo que tarda un astro en completar un giro alrededor de su propio eje.

PLANETA: Cualquiera de los nueve cuerpos celestes más importantes que están en órbita alrededor del Sol y brillan por el reflejo de su luz. Asteroides, cometas y meteoroides son cuerpos menores que también tienen al Sol como astro primario, es decir, no son satélites de un planeta.

PRECESIÓN DE LOS EQUINOCCIOS: Movimiento retrógrado del eje equinoccial producido por el eje de la Tierra alrededor del polo de la eclíptica. Dura alrededor de 25.868 años (ver anexo E). En consecuencia del efecto gravitatorio del Sol y la Luna sobre el Ecuador terrestre (precesión luminosolar) que intenta colocar al eje de la tierra perpendicular a la eclíptica. Los dos puntos en los que la eclíptica corta al ecuador celeste se llaman nodos o equinoccios. El Sol está en el equinoccio de primavera o punto vernal en torno al 21 de marzo y en el equinoccio de otoño alrededor del 23 de septiembre. A mitad de camino entre los equinoccios se producen los solsticios de verano e invierno. El Sol alcanza estos puntos en torno al 21 de junio y al 22 de diciembre, respectivamente. Los nombres de los cuatro puntos se corresponden con las estaciones que comienzan en el hemisferio norte por esas fechas.

RADIO DE LA ORBITA: Se define como la semi suma de la distancia más corta y distancia mas larga entre el sol y el planeta. Como las orbitas planetarias no difiere mucho de circulo, en algunos casos es suficiente tomar las distancias del sol a cualquier punto de la orbita.

ROTACIÓN: Moviendo de un astro alrededor de su eje, o de un sistema de cuerpos (vía Láctea) alrededor de su eje de rotación común.


SATÉLITE: Objeto secundario que gravita en una órbita cerrada alrededor de un planeta. La Luna es el satélite de la Tierra, si bien la Luna y la Tierra tienen un tamaño tan similar que se las puede considerar en algunos momentos como un sistema de dos planetas. El movimiento de la mayor parte de los satélites conocidos del Sistema Solar alrededor de sus planetas es directo, es decir, de oeste a este y en la misma dirección que giran sus planetas. Solamente ciertos satélites de grandes planetas exteriores giran en sentido inverso, es decir, de este a oeste y en dirección contraria a la de sus planetas; probablemente fueron capturados por los campos gravitatorios de los planetas algún tiempo después de la formación del Sistema Solar.

TIERRA: Tercer paleta del sistema solar desde el sol.

TRASLACIÓN: Movimiento que realiza un astro entorno a otro, describiendo una orbita elíptica.

UNIVERSO: Todo lo que nos rodee: la materia, el espacio, el tiempo.

ZODÍACO: Del latín Zodiacus y del Griego zodiakos, zona o faja celeste de 16° por el centro de la cual pasa la eclíptica A + 8° Y 8° de latitud para ambos lados y representado por 12 constelaciones de 30° cada una.

MARCO METODOLÓGICO

Aquí se desarrolla la descripción del tipo de investigación, diseño y los instrumentos empelados para la recolección de información. Dicha investigación es de tipo documental y en el desarrollo de la misma cabe destacar el uso de herramientas como la lectura y el subrayado, que permitirán indagar en una serie de textos referidos a las teorías de Nicolás Copérnico, y así cumplir con los objetivos propuestos como lo son: la aplicación y los aportes de esta teoría en la ciencia, y su repercusión en el saber religioso del momento.

Durante la realización de la misma se inició la búsqueda, análisis e interpretación de datos secundarios. Estos se obtuvieron mediante diversas fuentes documentales como por ejemplo: Libros, fuentes electrónicas, etc., ubicadas en diversas instituciones especializadas en el área y fuentes vivas, por medio de entrevistas realizadas a profesores de la universidad.

Toda la información está acompañada de una serie de términos astronómicos explicados de forma detallada con la finalidad de facilitar la comprensión del problema.

CONCLUSIÓN

Tras haber realizado una exhaustiva búsqueda de datos, para solucionar el problema y satisfacer los objetivos planteados, en diferentes textos referentes a la astronomía medieval, y luego de consultar a algunos expertos del conocimiento religioso se ha llegado a las siguientes conclusiones:

La obra del astrónomo polaco Nicolás Copérnico se presento como un acicate para la curiosidad científica de la Europa Medieval (siglo XV) que vio frenada durante siglos la comprensión racional del universo por un ente religioso con sed de poder y el cual no podía consentir que sus fieles desarrollaran ciencia capaz de contradecir su dogma y por ende su dominio sobre el conocimiento humano.

Las ideas de Copérnico surgen tras el análisis de antiguas teorías griegas (Hiparco de Nicea, Aristarco de Samos) lo que demuestra que mucho antes de su llegada, en la Antigüedad ya se planteaba la visión de un universo heliocéntrico.

En el campo astronómico sus ideas impulsaron enormemente la compresión del movimiento de los cuerpos celestes que hasta aquel entonces se presentaban como un verdadero enigma y motivaron a muchos estudiosos (Johannes Kepler, Galileo Galilei) a continuar sus investigaciones.

Tomo muchos años para que las ideas del astrónomo fuesen aceptadas por los grandes pensadores, la población y los religiosos que en su tiempo la consideraron una grave ofensa contra una humanidad privilegiada por Dios.



Conforme crecían sus defensores, la Iglesia Católica adopto un punto de vista más tolerante frente a esta teoría y muchas otras al percatarse de la inutilidad de contradecir un conjunto de conocimientos con justificación suficiente como para ser aceptados por la colectividad.

BIBLIOGRAFÍA:

 Arias, F. (2006). El proyecto de investigación: Introducción a la metodología científica (5a ed.).Caracas: Episteme.

 Arnaldez, R; Beajeu, J; Beaujouan, G; Bloch, R; Bourgey, L; Dupont-Sommer, A y otros (1971). La ciencia antigua y medieval (De los orígenes a 1450), I. Barcelona, España: Destino.

 Burk, I. (1973). Copérnico (1473-1973).Caracas: Universidad Central de Venezuela.

 Copérnico, N. (1987). De revolutionibus orbium celestium libri VI (1543).Madrid, España: Tecnos.

 Escamilla, A y Monje, M. (2005). Nicolás Copérnico. Gran Enciclopedia Espasa, VI (pp. 3128-3131). Bogotá, Colombia: Quebecor World Bogotá S.A.

 Sagan, C; Norton, J y otros. (1973). Los planetas. México: Lito Offset Latina S.A.

 Sistema de Tolomeo; Sistema de Copérnico; Claudio Tolomeo; Nicolás Copérnico. (2006). Biblioteca Premium Microsoft Encarta [Programa en CD]. Redmond: Microsoft Corporation.

 Universidad Pedagógica Experimental Libertador. (2003). Manual de trabajos de grado de especialización y maestría y tesis doctorales (3a ed.), Caracas: FEDEUPEL.

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